lunes, 5 de febrero de 2018

Actividades de Lengua y Literatura (4)

Este ejercicio propuesto debes realizarlo en la clase de la sala informática el día, lunes, 5 de febrero. Recuerda que, al contestar, debes escribir parte del enunciado.

Lee atentamente el  texto propuesto y contesta las preguntas
             El primer tren que yo recuerdo aparece unido -como es de rigor- al entramado de las aventuras infantiles. Era un tren abigarrado y laborioso, con ese aire de jadeante paciencia que tenían los ferrocarriles propulsados a vapor. Las personas de mi edad saben muy bien a qué vistosas imágenes retrospectivas me refiero. El tren de que hablo circulaba dos veces al día entre Jerez y Sanlúcar y tenía el mismo aspecto -según es fácil deducir- que los que asaltaban en las películas los forajidos de turno. Ya no existe ese tren. Hace bastantes años que dejó de trasegar humo por los viñedos, camino de la costa o de vuelta a casa. Uno se da cuenta de que se hace viejo porque cada vez resulta más imposible la ratificación de esa clase de memorias. Aquel tren desaparecido reaparece en mi evocación como la imagen conmovedora, el refrendo emocionante de un mundo que ya se ha quedado atrás para siempre. Ni siquiera perviven ya las estaciones de donde partía y adonde llegaba el tren, en la linde jerezana de La Alcubilla y en el barrio alto sanluqueño. [...]

             Recorría ese trayecto –unos veinte kilómetros- en tres cuartos de hora o una hora entera, según. Iba serpenteando entre las viñas y se detenía un tiempo impreciso en varios apeaderos intermedios, aledaños siempre a alguna importante encrucijada vitícola. A veces, cuando un viajero habitual se retrasaba, el factor de estación –o el propio maquinista- optaba por la ejemplar deferencia de esperarlo. Las prisas aún no habían contaminado la vida. Ni los trenes. Aunque la imagen que conservo es un tanto brumosa, tengo entendido también que algunos pasajeros solían apearse en marcha de vez en cuando para escamotear algún racimo de uvas. Era una ratería inocente que pronto se vio obstaculizada por los alambres de espinos, quizá porque esa merma cotidiana llevaba camino de anticipar por cuenta ajena las vendimias. Supongo que algo por el estilo ocurriría en relación con otros ferrocarriles de pausado caminar.”


(José Manuel Caballero BonaldViajeros al tren, 1998)

 CUESTIONES
1.- ¿Qué  recuerdos del primer tren tiene el emisor del texto? ¿Quiénes pueden entender cómo eran?

Según el emisor, el primer tren era lento, antiguo, y lleno de gente con un aire de mucha paciencia
Los que pueden entender cómo eran son las personas de la edad del emisor.


2.- ¿ A qué se le parece este tren que describe? ¿por dónde circulaba? ¿qué le ha pasado a este tren? ¿En qué momento de la vida se encuentra el emisor del texto?

Se le parecía a los trenes que asaltaban en las películas del viejo oeste y circulaba por Jerez y Sanlúcar, este tren ha dejado de funcionar hace bastante tiempo, el emisor por lo que dice "Uno se da cuenta de que se hace viejo porque cada vez resulta más imposible la ratificación de esa clase de memorias" se puede decir que ya es un hombre mayor, yo creo que cerca de la tercera edad

3.- ¿ Qué otras características tenían los trenes de aquella época que evoca el autor del texto?

El narrador lo recuerda con una imagen conmovedora y mucho más emocionantes que los de ahora

4.- Señala del texto tres palabras que desconoces su significado y escríbelo.

Abigarrado: Algo pesado, cargado
Refrendo: Confirmar o corroborar
Apeaderos: Estación Ferroviaria

5.- Indica qué tipo de texto es, teniendo en cuenta su modalidad textual.

Es un texto descriptivo, está escrito en prosa y presenta párrafos, aparte el hombre nos describe con nostalgia como eran los trenes de antes.

6.- Enuncia el tema.

Nos cuenta cómo eran los trenes antiguos y el modo en el que se viajaba en ellos.
Nostalgia por los trenes antiguos.

7.- Redacta un resumen del contenido del texto – no más de cinco líneas-.

El primer tren que recuerda es un tren pesado y que necesita mucho trabajo y esfuerzo para ponerlo en marcha, lento y sin prisa. El tren circulaba dos veces al día entre Jerez y Sanlúcar, con un aspecto a trenes de películas del viejo oeste estos trenes ya no están en marcha hoy en día. Alcanzaba un velocidad de veinte kilómetros en tres cuartos de hora u hora entera, solía circular en viñas, y mientras esto sucedía, algunos pasajeros aprovechaban para llevarse un racimo de uvas.




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